viernes, 25 de noviembre de 2016

A MARTÍ POL

A MARTI POL
19/03/1929—11/11/2003
Poeta y autodidacta
al blanco folio pintaste
al derramar el tintero
de inquietud ilusionante.

Tú eras lo que escribías
lo que tu pensar creaba
obras que poblaron hueco
que tu Cataluña esperaba.

Allí arriba o donde estés
no importa ni saber quiero
por la noche al cielo miro
te imagino en un lucero.

Arquitecto de tus acciones
justicia social tú querías
por esa causa luchaste
a lo largo de tus días.

Inquietas están tus letras
por si de leer se olvidan
y no sean hojas de otoño
que arrinconadas expiran.

Por las esferas de las letras
no está tu memoria perdida
agua cristalina tus versos
y por el pueblo sea bebida.

Descansando está tu vida
pero no así tu heredad
con tu vaho en mi palabra
despertemos la humanidad.

No ves despertar auroras
las auroras son tus sueños
mientras duermes ellos viven
y en que vivan pongo empeño.

De cerca noté tu aliento
y tus pies tenían ruedas
con tu cara alegre- triste
allí en comisiones obreras.

Hoy ya no surca tu pluma
ya tienes el erial labrado
tu mano derramó signos
que el lector ha cosechado.

                            JUAN GARCÍA INES

miércoles, 19 de octubre de 2016

EL MALTRATO A LA INOCENCIA

EL MALTRATO A LA INOCENCIA

No es natural por injusto,
el maltrato a la inocencia,
en el hogar oscurantismo,
y la sociedad lo silencia.

Abusar de esta pureza,
es morir la dignidad,
entre lagrima y suspiro,
en ese rincón de maldad.

Esta cobardía se manifiesta,
cuando la mente es estéril,
es la fuerza de los mediocres,
imponiéndose hacia el débil.

Descargar contra el frágil la ira,
que mamaron tus pezones,
victoria infame de la cobardía,
dominio de las sinrazones,

Derrumbemos esa infamia,
desde la no indiferencia,
hacia esa inocente cuna,
cultivando la conciencia.

Y ese niño a quien se queja,
si en su casa hay opresión,
en su corazón sobresaltos,
y en sus carnes hay fricción.

Las palabras también hieren,
son puñales en su mente,
se clavan en la ingenuidad,
será el futuro su presente.

El resquemor irá creciendo,
si de besos hay carencia,
si los dedos dejan huellas,
de esos padres sin conciencia.

Ultrajar a una infancia feliz,
con privación de cariño,
recordara  sus tormentos,
en su caminar ese niño.

En estas entristecidas letras,
por esa cuna atormentada,
mi denuncia envuelta en verso,
a esta infancia maltratada.


                                         JUAN GARCIA INES

martes, 18 de octubre de 2016

EL OTOÑO


EL OTOÑO

El paisaje se desnuda
las hojas revolotean
y parecen mariposas
porque el viento las voltea.

Unas de color rojizo
otras amarillean
allá en el rincón del camino
o en el ribazo de la pradera
juntas quieren morir
y muertas ahí esperan
en su tumba broten las flores
y que las cubran las hiervas.

Esos bosques antes verdes
de sus ramas nidos cuelgan
protegerlos ya no pueden
porque hojas no les quedan
los pájaros ya se han volado
solo en sus ramas las huellas
ya su sombra es tranparente
pero su sabía preservan.

El sol ya va inclinando
sus rayos hacia la tierra
envueltos en fría brisa
al traspasar colchón de niebla.

Las nubes gotas le lloran
y que lloren hasta que muera
para que salga frondosa
su hermana la primavera.

Sumergido en el resfrior
escarcha en los campos deja
los viste de color blanco
los viste y también los besa
entre el ocaso que anochece
y el alba que al sol despierta.

El árbol quiere llorar
pero lagrimas no le quedan
está presto para arroparse
engordando su corteza
que el invierno está al acecho
que con hielo y nieve llega.


                             JUAN GARCÍA INES

martes, 9 de agosto de 2016

LA PASTORCITA

LA PASTOCITA
Era una niña muy pequeña. Tenia pocos añitos y guardaba unas cincuenta ovejitas, las llevaba a pastar por las montañas donde hacía tanto frío que casi se helaba la llama del fuego, y para protegerse  llevaba un gorro  unos guantes y unos calcetines que su mamá se los había hecho con la lana de las ovejitas; también llevaba unas polainas de piel para protegerse las piernas y en su mano un cayado; era una  pastorcita que pateaba  las  montañas pobladas de sabinas, encinas y también arbustos que por su espesura no dejaban ver al pueblo. La acompañaba una perrita que la bautizó con el nombre de Luna, porque en la oscuridad de la noche, cuando  la luna del cielo dormía, ella la guiaba. Allá a lo lejos, sé veían como dos faroles muy juntitos ....; la noche era oscura...... ¿Qué será? ¿Dos luceros?¡¡ No!! Están a ras del suelo. ¿Serán dos fuegos? No porque el fuego no camina con el viento en contra.... y el viento la daba en la espalda. Los dos faroles se iban acercando, acercando  .... ¡uuuuuy, qué miedo!!- dijo la pastorcita, pero Luna, la perrita la tranquilizaba con unos--- guau, guau, guau—que querían decir: no tengas miedo.
De pronto se oyó un maullido y otro maullido, era un gatito, que se había perdido  asustado y tembloroso, se acercaba a la pastorcita con un miau  miau  miau   que quería decir; quiero ir con vosotros, no me dejéis solo.                                                      Y la pastorcita  que amaba tanto a los animales le dijo  bien, ven con nosotros ¡¡Pero tú no sabes guardar ovejas!!¿y cómo nos ayudaras? Pero el gatito quería sentirse útil y no estar solo la dijo: yo acompañare a Luna la perrita y me enseñará a cuidar las ovejitas. Bueno, bueno, dijo la pastorcita pero nunca he visto que un gatito se deje enseñar por una perrita----¡Con el mal genio que gastáis!—y el gatito muy triste la dijo:--¡No, mira! Como te acaricio y no te araño ¿Lo ves? no tengo uñas. Pero el gatito la engañó, había escondido las uñas porque quería seguir con ellos, tuvo miedo a decir la verdad y seguía acariciándola. De pronto  el gatito  dio un salto y cogió un ratoncito con mucho cuidado, demostrándola  sus habilidades------ y la pastorcita rápidamente le dijo:- ¿Que haces? A lo que el gatito la contesto con mucha ternura:--miau, miau, miau, que no le hago daño, sólo quiero jugar con él--y le soltó muy suavemente echando a correr. La perrita Luna  se unió al juego y echó a correr detrás del gatito que con el lomo arqueado saltaba saltaba y saltaba . El ratoncito asustado suplicaba: no me hagáis daño, no me hagáis daño ----y la perrita le tranquilizo diciendo: no temas, no temas. También el gatito añadió:--solo queremos jugar contigo, vamos, escóndete, escóndete entre los matorrales. Y la pastorcita, muy contenta añadió: -- ¡si! Todos a jugar, esconderos ------¡Vamos! Pero se escondieron tanto  jugaron tanto que no se encontraban --- De repente la pastorcita oyó un sonido muy flojito, era la voz del ratoncito. Y con voz muy suave para que no se asustaran y llena de ternura los dijo:--- venid,  venid, ¿veis como podemos ser buenos amigos?--- Y las ovejitas al oír esto, empezaron a balar llenas de alegría. Balaban balaban y balaban para decir al mundo.                                                                ¿LO VEEEEIS?
              ¡¡ LA CONVIVENCIA  ES POSIBLE!!

                                                                                  JUAN GARCIA INES

jueves, 7 de julio de 2016

LA ZORRA Y LA TÍA RAIMUNDA

LA ZORRA Y LA TÍA RAIMUNDA

Era una casona vieja con un corral en su parte trasera donde las gallinas tenían su habitad y el gallo con su cantar no dejaba a nadie indiferente.
En eso una zorra que paseaba por los alrededores del pueblo y con su olfato de buena cazadora se dio cuenta que a su nariz llegaba un olor a gallinas y merodeando alrededor del corral pensaba como acceder hasta el gallinero.
Estaba la noche en toda su plenitud y con extrema cautela se iba deslizando por la oscuridad y acercándose a la tapia del corral saltó como un felino y se puso encima de la “BARDA” Que protegía a la pared de la lluvia y se dijo Uiiiiiii…Y pensó si bajo…! Como podre subir…! La pared por dentro tenia mas altura que por fuera y ella muy lista se dijo, ya lo tengo, había divisado un cesto de mimbre de aquellos que se usaban para el transporte de las uvas era bastante alto y poco pesado con lo cual podía moverlo fácilmente.
La tía Raimunda esa noche se había olvidado de cerrar la gatera y la zorra se dio cuenta enseguida, que bien!! de un salto bajo al corral y se introdujo por ese hueco que daba acceso al gallinero, como era de esperar sé armo un gran revuelo, las gallinas iban de un palo a otro y la zorra saltaba y saltaba para poder atrapar alguna, al fin lleno su boca de plumas, había cogido una presa pero…! Ahora tenía que salta al otro lado y ella muy astuta, con sus patas arrimo el cesto a la pared y así facilitaba su salto, lo tenía bien estudiado, y saltando al otro lado ya tenía todo el campo y la oscuridad a su disposición, dejando la gallina en la tierra y haciendo un hoyo para enterrarla, era su despensa y no muy lejos del gallinero y así con menos tiempo facilitaba el acarreo y repitiendo esta acción varias veces.
La tía Raimunda desde la cama sentía un gran revuelo pero…! Pensó va… es que se están levantando y arman mucho alboroto, era sobre el amanecer y dándose media vuelta sobre la cama se quedo dormida, pero…! Entre sueños volvió a sentir ese alboroto y se pregunto….? El gallo no se le oye cantar y siempre canta al amanecer algo raro está pasando y levantándose a medio vestir se fue hacia el gallinero y cuando llego HOOO!!! Qué horror plumas por todos lados el gallo en lo más alto de los palos pero que ha pasado aquí, enfadada pego un punta-pie al cesto pero sin pensar que lo usaba la zorra para saltar, de repente al sentir ruido la zorra salió como una bala, y se acerco al cesto para escapar, cuál fue su sorpresa que el cesto ya no estaba donde lo había dejado y corriendo de un lado para otro se volvió a meter en el gallinero para esconderse.
La tía Raimunda pensó de aquí no puede salir y se dirigió a una estancia donde guardaba un garrote, garrote que la ayudaba a caminar y cogiéndolo con fuerza se dirigió al gallinero gritando con rabia, donde estas, donde estas que te voy ajustar las cuentas, la vio en un rinconcito muy acobardada con unos ojos que parecían dos linternas estaba como pidiendo que la perdonara. La tía Raimunda no tuvo compasión y levantando el garrote la asesto un golpe en la cabeza y pensó…! La he matado…? Y gritando decía, anda zorra que bien muerta has sido y…! Repitiendo esa frases varias veces. Cogiéndola del rabo la arrastro hasta el portal de la casa algún vecino se acerco al oír los gritos, y con un Uiiiii se quedaron asombrados, la zorra tumbada en el portal de la casa, y mirándola muy de cerca creían que estaba muerta.
“SORPRESA”
LA ZORRA ABRIÓ LOS OJOS Y VIO LA PUERTA DE LA CALLE ABIERTA, SE LEVANTO Y COMO UNA FLECHA HUYÓ A TODA VELOCIDAD DEJANDOLES CON DOS PALMOS DE NARICES.
CONSIGUIO ENGAÑARLOS HACIENDOSE EL MUERTO
                                                       JUAN GARCÍA INES

lunes, 4 de julio de 2016

EL YAYO Y LA NIÑA

EL YAYO Y LA NIÑA
3º PREMIO DE NARRATIVA HOSPITAL DE SAN PABLO (BARCELONA)

Iba la niña con su yayo por la orilla del mar, ella comenzó a correr y a
Correr. El yayo la seguía, los pies se le hundían en la húmeda arena de
la playa, ya no podía más, cansado se sentó en una roca, mientras la
niña seguía y seguía corriendo. Ella se iba alejando…. En su mano
llevaba un trocito de pan, lo iba deshaciendo y echando por la orilla.

De pronto se acercan muchos peces a comer, -¡Uy! Dijo la niña. El pez
más viejo, le dice…. acércate , acércate más, un poquito más - ¡ Yo no sé
nadar! Respondió la niña. -Tú no te preocupes ! le dijo el pez que mandaba el grupo. La niña, ignorante se iba metiendo. Entonces los peces la rodearon y no la dejaron salir.

Llamaron a una ola gigante, que velozmente sé acerco y la envolvió en
sus rizos de espuma blanca. Los peces la iban acompañando -¡A donde
me lleváis! grito asustada la niña.- No te preocupes, té vamos a llevar a
un sitio muy bonito, ya lo veras.- ¡Si, pero mi yayo me estará buscando!.

Seguían avanzando mar adentro, de pronto la niña exclamó,- ¡No veo nada!, -¡¡Ah!! es verdad, dice el pez más viejo…¡ llamar a la Raya!
ella nos dará la corriente que necesitamos y nos iluminará el camino.
Ahora la niña veía el fondo marino, las algas, los corales…- ¡¡Uy!! mira, delfines !,- Dice el pez que hacía de guía, -Vienen a tu encuentro, quieren jugar. De pronto llegaron los pulpos que la querían abrazar. -¡Hey, hey!
Dice una delfina ya muy mayor,-¡ llevar cuidado! Que sois muy brutos
y podéis hacerle daño. –Nooo..!! solo queremos abrazarla, -bueno, bueno…
Una delfina joven le comenta a la niña.-Te vamos a llevar a dar un paseo,
-¡Un momento! Dice una ballena, la llevare yo.- ¡ Nosotros somos más rápidos que tú! Dicen los delfines, pero… yo soy la más grande y fuerte,
y si vienen los tiburones yo puedo defenderla.

La niña se montó en el lomo de la ballena, y la llevo al parque,
un lugar muy bonito, todo iluminado. Era maravilloso ver a todos los
animales marinos jugando, había toboganes, columpios y mucha
arena, todos los animales la saludaban y daban saltos de alegría,
-¿Contenta?, pregunto la ballena. -¿Te lo has pasado bien? -Siiii!!!!,
respondió la niña, - pues ahora, vamos a llevarte con tu yayo.

Pero la ballena no sabía cómo regresar…y ella misma llamó a los peces
para que le indicaran el camino.
La ballena iba surcando el mar, la seguían todos. De pronto un delfín dijo
vamos a cantar.
Por nuestro mar navegamos,
con nosotros una sirena,
nos ha unido a todos,
y ella será nuestra reina.

Se iban acercando a la orilla, y la niña dijo a la ballena,-¡ déjame ahí!.
Vio a su yayo sentado en la misma roca que lo dejo, y gritando decía
¡Yayo yayo!, Que al oír su voz corrió hacia ella, y al sentir el abrazo………
( SE DESPERTO )

AUTOR:JUAN GARCIA INES

LOS BUHOS Y LA SERPIENTE

LOS BUHOS Y LA SERPIENTE
Caminaba el sol hacia el crepúsculo de la noche, apareciendo la luna con  luz prestada  desde el espejo de la tierra, con su cara bronceada era candil en la inmensidad de la noche, y desde las alturas, una pareja de búhos divisaban todos los movimientos de animales que había en ese paraje de la tierra.
 Era un bosque de pinos donde estas aves se establecieron, buscando un nido viejo donde depositar sus huevos y si era posible en el pino más alto, considerando que así, sus hijos estarían más protegidos.
Habían trascurrido treinta días desde su puesta y llego la eclosión y su madre  alborozada con su cuerpo los protegía . Pero……! Tenían que alimentarlos, habían cumplido pocos días desde su nacimiento. Sus padres salían por la noche a por alguna presa para mantenerlos fuertes y robustos.
 Iban oteando los claros del bosque y la hembra le dice a su compañero, mira allí está un ratoncito jugueteando ¿Qué hacemos? Va…..es muy pequeño dice el macho..! Pero tenemos que llevar a nuestros hijos algo de comer le dijo la hembra, el macho protesto pero asintió,  Los dos se prepararon para la captura del pequeño roedor.  La Luna estaba esplendorosa y la sombra de los búhos planeaba sobre los claros del bosque y el ratoncito que era muy listo se dio cuenta enseguida y se escondió en un matorral donde los búhos no podían acceder y tuvieron que desistir y se fueron en busca de alguna otra presa.
Seguían volando y volando,  mira dijo el macho, allí abajo hay una cuerda muy gruesa, seguro que es para atar una trampa para capturarnos .Parece que estés ciego le dijo la hembra!! Pero no ves que es una serpiente….! Pero es muy grande dice el macho y……?  Vamos a dejarla…..! Que dices….! A nuestros hijos tenemos que llevarlos algo de comida dijo la hembra, venga vamos a intentarlo, los dos a la vez, tú la cojes por la cabeza y yo por la cola y a una velocidad vertiginosa se abalanzaron sobre ella, no la dieron tiempo a reaccionar y llevaron la acción como habían planeado y la trasladaron en volandas hasta el nido.
 La serpiente rogaba y rogaba que no se la comieran que tenía hijos que cuidar. Era mentira era una treta y hasta se la caían las lagrimas. Pero a los búhos pequeños los convenció y la creyeron y rogaron a sus padres que la dejaran marchar, y los padres muy a pesar suyo accedieron no sin decirlos que no había otra comida.
La serpiente se marcho a toda prisa pero no se alejo mucho…..ya  estaba maquinando como poder engullir a los búhos pequeños, la serpiente atenta y con su mirada puesta en el nido esperando que los búhos se alejaran. Ella espero y espero hasta que vio que los padres ya habían dejado el nido y decidió ir a coger a los polluelos, se arrastraba con mucho sigilo hasta el tronco del pino y trepando hasta llegar al nido, cuando los polluelos la vieron se pusieron muy contentos pero……? Les duro poco, cuando vieron su verdadera intención empezaron a piar muy fuerte y sus padres lo oyeron, el macho la dijo a su compañera algo pasa a nuestros hijos y volando velozmente vieron como la serpiente trataba de engullirse a los polluelos, ella al divisar a los búhos padres huyo a toda velocidad desbaratándola  sus planes.
Pero sus padres la persiguieron y la dieron alcance.
   LA JUZGÓ EL TRIBUNAL DE LA NATURALEZA.

                                                                    
                               AUTOR: JUAN GARCIA INES

LA OVEJA SORDA Y EL PERRO

LA OVEJA SORDA Y EL PERRO
Era verano: Pezuñeaba un rebaño por una larga cañada hacia unos extensos pastizales donde el careo se presumía muy espaciado, pero mientras las ovejas seguían al sonido de los cencerros, asidos al cuello de las o los más fuertes que hacían de guía. En esto que el pastor se dio cuenta que una oveja estaba perdida y se quedaba muy rezagada, mando al perro para llevarla al rebaño, pero sus ladridos no surtían efecto con lo cual el perro la mordió un poco en la pata trasera pero sin hacerla daño, entonces la oveja se revolvió y mirando de frente al perro le dijo:- ¿Porque me haces esto?- Porque me muerdes es que he hecho algo malo?- No entro en ningún sembrado!- Entonces el perro la explicaba que el rebaño ya estaba al otro lado de la montaña y tenía que llevarla para unirse a él, pero la oveja agachando la cabeza seguía comiendo sin hacer caso al perro, pero viendo que era imposible hacerla entrar en razón, se fue donde estaba el pastor y le comento lo que ocurría, el pastor moviendo la cabeza en signo negativo le dijo al perro:- ¿Como es posible que tu no hayas podido traerla hasta aquí, con la experiencia que tienes?- Llevamos una vida juntos y te conozco bien- el perro... mirándole con ojos tristes le dijo que ha esa oveja algo la pasaba, la conozco desde que era una corderilla y no la quiero hacer ya más daño, y él perro le dijo al pastor:- ahora ves tú-! Y el pastor asintió y acercándose a la oveja, la preguntó -¿Cómo es que no sigues al rebaño?- y la ovejita le miraba pero no le contesto y se preguntaba: -¿Que me estará diciendo que mueve los labios y no oigo nada?- El pastor empezó a sospechar que algo la pasaba se sentó y poniendo la cabeza de la ovejita en sus piernas la observó y vio que por sus orejas tenía una infección muy aguda y ahora entendía él porque de su distanciamiento de las demás, y puso mano a la obra para poderla curar (Los pastores hacían de curanderos dando buenos resultados) Hizo un brebaje con hierbas y las puso en su oído infectado, la oveja con el paso de los días iba mejorando a pasos agigantados entonces se dio cuenta y le decía al pastor que ahora sí que sentía los cencerros y que seguiría al rebaño como una mas y el perro daba saltos de alegría y se alegraba de haberle dicho a pastor que algo no bueno la pasaba a esa oveja y al verla fue corriendo y hizo un ademan de quererla morder pero era broma.
MORALEJA: Paciencia para saber entender a los demás.

JUAN GARCÍA INES

LA ASTUCIA Y EL INSTINTO

LA ASTUCIA Y EL INSTINTO
Era una mañana de raso limpio donde se asomaba la claridad del alba y los destellos del lucero se iban difuminando. Por entre esas luces se deslizaba la estampa de un mozuelo que, abrumado por la escasez de alimento tuvo que desarrollar todo su ingenio para, sin armas de fuego poder llevar algo de sustento a su insatisfecha boca.
Era un invierno duro donde, el hielo, en ese viejo arroyuelo, era de tal grosor que hacía de puente y cruzarlo era una aventura para la estabilidad. En ese caminar los pulmones se agitaban, expulsando ese aliento humeante que salía por entre las comisuras de los labios, haciendo una pequeña bruma delante del rostro que empañaba la visión, pero ese respirar vaporoso, el aire lo envolvía en su invisible caparazón alejándolo hacia los confines del espacio.
Caminando por campos labrados y por eriales enjalbegados por la blancura de la escarcha y con un tapa-bocas donde solo los ojos se asomaban al balcón de la luz, para visionar un amplio abanico de terreno.
En la mano un garrote con una porra en su final, era el arma que usaba para la caza de sus presas.
La mirada se deslizaba sobre la superficie terrestre para descubrir un aliento entre los tomillos o maleza y visionar ese vaho humeante ¿Y si así fuera? Es que allí había vida!! Su respiración lo delataba… las pisadas caminaban muy sigilosamente --Como las de un felino-- acercándose a poca distancia y con la vista como que no miraba…. Era un truco para que el animal se confiara pero, con el rabillo del ojo veía que allí estaba agazapada debajo de la pomposidad de un tomillo ¡¡Era una orejuda liebre!! Y con el garrote en posición… para poder asestar un golpe certero.
Su respirar sinónimo de vida, también la había delatado, llevándola hacia la muerte, aunque no siempre era así también tenía la oportunidad de sentir algún sonido no usual en su entorno.

ERA UNA LUCHA LIMPIA ENTRE LA INTELIGENCIA Y LA ASTUCIA DEL RACIONAL Y EL INSTINTO NATURAL DE HUIR DEL IRRACIONAL.

AUTOR: JUAN GARCIA INES

EL MOSQUITO TIGRE Y LA LUCIERNAGA

                   El mosquito  TIGRE y la luciérnaga
La noche se iba acercando por el camino de la oscuridad y el silencio,  el calor sudaba dejando gotas de rocío y los pies miraban para no pisar algún reptil, la luna se quedo dormida, todo era negrura.
De pronto fulge un punto de luz entre un verde claro y un ligero amarillo, estaba estático. Esa lámpara fulgente era una luciérnaga y…..! Sentí que estaba dialogando con el mosquito tigre, Mira decía el mosquito yo no puedo dormir porque tú me deslumbras  y como sigas así te clavare mi aguijón- Ya sé que eres muy malo que vas picando a las personas y tu picadura es muy dolorosa y a los niños haces lloran y a ti no te da pena.. Mira decía el mosquito yo de algo tengo que vivir y no me importa el sufrimiento de los demás…Pues yo decía la luciérnaga me alimento de cosas y no hago daño a nadie y además alegro la noche con mi lámpara y los niños me cogen con sus tiernas manitas y les voy alumbrando el camino y me acarician- Si pero a mí cuando vuelo, los pajarillos me tienen de alimento.
-Bueno porque haces vida de día y los pajarillos saben del dolor que causas y por eso van a tu caza, mira tú sabes le decía la luciérnaga haz como las mariposa, las abejas, etc que van por las plantas y cogen el néctar de las flores y no hacen daño a nadie…! Pero es que a mí no me gusta lo dulce, solo me gusta la savia de color rojo y las plantas no tienen esa savia de color.
Bueno, bueno no me digas que cuando no encuentras personas o animales de que vives, puessss..! Te voy a decir un secreto yo soy un mosquito tigre macho y también me alimento del néctar de las flores uyyy me dejas anonadada dijo la luciérnaga, yo no sabía de esa faceta tuya . En eso que una chicharra se desvelo al escuchar esa secreta conversación y se fue acercando con mucha cautela para seguir escuchando, pero el mosquito sintió que algo se acercaba, y avisando a la luciérnaga que enfocara su luz hacia esa dirección uyyyy pero si es la molestona chicharra esa que se pasa el día cantando, en esto que la chicharra escucho eso de molestona y se enfado y le contesto, tu chinche que eres un chinche, en esa discusión se unió  la luciérnaga y reprocharon al mosquito que solo sabía que hacer daño.
MORALEJA: Son ejemplos que habitan en la humanidad.
 LA LUCIERNAGA: Nos ilumina.
LA CHICHARA: Nos divierte.
EL MOSQUITO: Nos causa  dolor.

                                                           JUAN GARCÍA INES

EL YAYO LA NIÑA Y LA NATURALEZA

EL YAYO LA NIÑA Y LA NATURALEZA
 1º PREMIO DE NARRATIVA SAN GENIS DELS AGUDELLS (BARCELONA)

Mañana voy a dar un paseo por el campo ¿Me acompañas?  ¡¡Te acompaño yayo!!  ¿Pero tendrás que madrugar mucho? Pero yayo soy muy pequeña, tengo pocos añitos y me cansaré .¿Tú me cojeras? Claro que te cogeré y contigo no tendré miedo verdad yayo ¡Claro que no! Porque tú eres muy fuerte: sí, sí fuerte como un león, los dos se echaron a reír: bueno tú come y duerme mucho porque nos espera un día que nos deparara muchas sorpresas. Aún era de noche cuando salimos de casa, por  las orillas del camino había chopos y zarzas, de pronto se rompió el silencio, y la niña se asustó y me cogió muy fuerte con su mano, ¿Yayo ese ruido que es? Son palomas torcaces que estaban durmiendo en los árboles, ¿Y porque huyen? Porque creen que las vamos hacer daño. Seguimos caminando por un llano, donde respiramos el vaho que despedían los tomillos y los romeros, ¡¡Yayo nos sentamos!! Bueno… que bien se respira, mira, mira yayo que es aquello que brilla allá lejos ¡¡Qué es yayo!! Escucha, es la alborada ¿Pero yayo que es la alborada? Mira es cuando el sol se nos va acercando con su luz. Venga vamos a darnos prisa que cuando sea de día muchos animales se esconden. Mira vamos hacia aquel barranco, pero sin hacer ruido ¡¡Heee!! ¡¡Yayo!! Por qué sin hacer ruido, ¡¡Aaa!! Dame la mano, nos íbamos asomando poco a poco, ¡¡Yayo!! ¿Qué es eso? Es una raposa, también las llamamos zorras y a los que esta dando de mamar son sus hijos y los está lamiendo. ¡Yayo! Como mi mama me daba la tetilla y me daba besos. Mira a estos los llamamos animales irracionales y nosotros racionales ¿Por qué? Porque dicen que no razonan, ¡¡ Pero ya lo ves!! Ya el sol iba calentado, buscábamos la sombra de los chaparros, de pronto me dice ¡Yayo! Mira ¡Aaa! Son dos liebres peleando ¿Porqué se pelean? Escucha son dos machos, y el vencedor se juntara con una hembra y tendrán hijos. Venga sigamos  ya el sol iba calentaba de lo lindo vamos hacia aquella pradera que con su brisa húmeda nos refrescara, y por donde discurría un arroyuelo, de pronto me dice ¡Yayo! No oyes algo ¡¡No!!Yayo tus oídos no oyen bien, es que tengo muchos años ¡¡Acércame donde tu oyes ese algo!!
Pero mira donde pisas, que con la hierba tan alta escondido puede haber algún bicho ¡Yayo! Cógeme, de repente en el arroyuelo una serpiente se esteba engullendo una rana, ya la tenía cogida por un anca, ¡yayo sálvala!  Con el palo que llevaba la golpee y las dos huyeron, el yayo comenta a la niña estas son las reglas de la naturaleza, matan lo que necesitan para sobrevivir. Ya camino de la casa pasamos por un encinar que esta cerca del pueblo ¡He! Mira aquello, ¡Yayo! Son cerdos, si pero son salvajes y los llamamos jabalíes ¡Yayo! ¿Qué hacen con el morro? Van buscando bulbos lombrices etc. ¿Y son peligrosos? Si van heridos o si les quieres quitar un jabatillo  ¡sí! Y si no los molestamos ¡No!

LA NIÑA LE DICE AL YAYO CON TODA SU INGENUIDAD  ¡¡YO!! QUIERO SER LA NATURALEZA PARA PROTEGERLOS, ¡¡TÚ!! TU YA ERES PARTE
DE  LA  NATURALEZA LA DICE EL YAYO Y ¡¡LUCHARAS PARA ELLO!!


                                                                             AUTOR:  JUAN GARCÍA INES

EL LEÓN COMPASIVO

EL LEÓN COMPASIVO

Era un león con su compañera y un leoncillo su hijo, pasaban los días y no tenían nada para comer, la leona le dice al león, tendrás que ir a buscar comida nos estamos quedando muy delgados y no vamos a poder correr y caeremos enfermos, bueno, bueno iré a buscar comida, empezó a caminar y se introdujo en el corazón de la selva, de pronto vio un javatillo, le daba mucha pena tenerlo que coger pero no tenía más remedio que llevar comida para su compañera y su hijo, empezó a correr y le atrapo, lo cogió con mucho cuidado no le quería hacer mal, pero el pobre animalito empezó a chillar y lo escucharon sus padres que corrieron para ver lo que pasaba y vieron que el león se llevaba a su hijo, fueron hacia él con mucha ferocidad atacaron al león que soltó su presa, y huyo no sin hacerle heridas en las patas, iba de regreso cabizbajo, cuando se acerco a la leona no la dijo nada temeroso de que le riñera, ¿dónde está la comida? pregunto la leona, al león se le saltaron unas lagrimas y contesto apenado, solo te preocupa la comida, ¡Mira como tengo las patas, ¡Huy! Es verdad y la conto lo que había pasado ¡¡Pero al rey de la selva que le pase esto!! Eres un león cobarde -yo no soy cobarde contesto el león, bueno dijo la leona, venga vete a buscar comida, él viendo que la leona no tenia leche para dar de mamar a su hijo, que tenía mucha hambre, se hizo el fuerte y se fue a la selva y viendo un ternerillo, él se dijo, sin mucha convicción ya podre llevar un poco de comida, cuando se iba acercando, divisó a los padres del ternerillo, un toro con unos cuernos muy grandes y su madre muy enfadada corrieron hacia el león, ya no quiso entablar pelea, en el fondo le daba mucha pena tener que matar animales, se marcho de allí y se pregunto, no puedo volver sin nada. Y viendo muy cerca de allí un huerto con muchas lechugas, cogió unas cuantas, iba tan contento pensando ya no pasaran hambre mi familia, cuando se acerco a la leona con las lechugas, la leona se troncho a carcajadas, pero bueno cuando has visto que un león coma verdura, pero no ves que somos carnívoros y no herbívoros, si pero algo te tenía que traer ¡¡No!! Era un león muy ingenuo, ya no se qué hacer con contigo, le dijo la leona, bueno márchate por ahí no quiero saber nada de ti. El león se fue muy triste, iba caminando cuando de pronto vio un carro arrastrado por un caballo y montado iba el carretero con una escopeta y cuando vio al león le apunto…No..! No..! no me dispare que no te quiero hacer daño, pero si eres un león, pero no te quiero hacer mal ni a ti ni a nadie
solo quiero un poco de carne y no sé dónde encontrarla, y le conto lo ocurrido, el carretero se quedo muy sorprendido ¿Usted me puede ayudar? Pues mira si … ¡¡Si es verdad lo que me has contado!! Aquí llevo carne porque iba al mercado venderla, y como veo que eres un león bueno coge lo que quieras, cogió unos buenos trozos de carne y cuando ya se marchaba, le dijo al carretero que se llamaba Pedro, Pedro cuando me necesites y estés en peligro me llamas así ¡¡León…León…y yo vendré a toda prisa, el león muy agradecido se despidió, y le dijo
adiós, adiós, él se iba imaginando lo felices que haría a su familia, cuando llego y entrego la comida la leona le dio un beso, yo savia que no nos abandonarías. Cuando de pronto su hijo el leoncillo le dice, te están llamando ¡¡Quee!! Y oía león, león, y el corrió muy velozmente savia de los peligros que corría Pedro por la selva, cuando diviso el carro vio a un tigre que estaba atacando a Pedro dio un rugido que tembló la selva y el tigre temeroso de caer en las garras del león huyo a toda prisa, al acercarse a Pedro le vio muy asustado, y Pedro le dijo
gracias por haberle salvado, tú también me ayudaste a mí en un momento difícil, dijo el león a Pedro, bueno te acompañare hasta el pueblo, porque el pueblo estaba en el límite con la selva resulto ser que Pedro era el alcalde y dijo al león si quería quedarse a vivir en el pueblo y hacer de guardián a lo que el león le dijo que tenía una familia, y Pedro el alcalde le dijo que también los podía traer, el león pequeño era el juguete de los niños, la leona se encargaba de la comida de su familia y el león de la vigilancia de pueblo.
LAS BUENAS OBRAS TIENEN SU JUSTO PREMIO
AUTOR: JUAN GARCIA INES

LAS LANGOSTAS EL LABRADOR Y LAS ARAÑAS

LAS LANGOSTAS EL LABRADOR Y LAS ARAÑAS
Era un mes de Abril muy lluvioso donde la primavera fluía colores con todo su esplendor y donde lo verde prevalecía sobre el resto.
Por caminos embarrados caminaba el labrador con albarcas, que era el calzado en aquella época, le costaba despegarlas del suelo debido a lo arcilloso del terreno, pero su ilusión viajaba ya por los senderos de Mayo, donde era normal ver amaneceres de espigas muy hermosas ellas, con sus raspas erguidas al sol. Las pupilas del labrador visionaban y gravaban en su mente los esplendores del entorno, y se preguntaba…¿es posible que la naturaleza nos ofrezca estas fastuosas maravillas? La noche ya se avecinaba entre el cantar de los grillos, y soñaba aquellas vivencias.
Era un día radiante de sol…Dios mío!...Llegó a sus oídos una sonoridad enorme, como si de una tormenta de granizo se tratara…Los campos se quedaron sin la luz del sol. ¿Qué pasa? Este misterio le horrorizaba…De pronto, avistó una gran nube de insectos, Era una plaga de langostas que devoraban los tallos de la mies. ¿Qué puedo hacer yo ahora? Pensó rascándose el mentón…ya lo tengo! Dijo recordando un hecho de cuando era niño y que nunca pudo desterrar de su mente.
Entre los matorrales del campo una araña tejía su malla, era una trampa donde caían los insectos más ingenuos, y con un hilo muy fino los envolvía hasta su muerte.
Pensó…voy a hablar con la araña reina y no cejaré en mi empeño hasta que consiga hablar con ella. Iba preguntando y preguntando… de pronto, una araña soldado le dijo ¿Qué desea buen señor?...Quiero hablar con la reina, y le explicó el motivo por el que venía a pedir auxilio. Desde su escondrijo la reina escuchaba la conversación y preguntó al labrador en qué le podía ayudar…y le contó lo que había presenciado de niño…Muy bien dijo la araña, pongámonos en acción y dio orden a todos sus soldados para que avisaran a todas las arañas del reino: rojas, blancas, negras, etc. y que esta noche, mientras duermen las langostas, tejeremos una red que cubra todos los campos de mi reino, como así fue.
A la mañana siguiente el labrador observaba, desde el amanecer, junto con la araña reina, la magnitud de su obra. Vieron como se acercaban las langostas con mucha alegría, pensando que iban a destruir la cosecha y a llenar bien sus estómagos, pero…nunca pensaron que las arañas las iban a tender una trampa. Iban volando por entre las luces del alba hasta llegar al sembrado. ¡Qué sorpresa se llevaron! Una tras otra se fueron enredando en ese tejido bien entramado, quedando allí presas por su ambición.
Las arañas quisieron hacer justicia para que nunca más se repitiera el robo del esfuerzo y el trabajo de ese buen labrador y…deshilvanando unos hilos de su cuerpo, apresaron a todas las langostas, que acabaron sus días en la cárcel de las arañas.
¿Qué puedo hacer por vosotras? Les preguntó el labrador. ¡Nada!... La justicia no se compra y nosotras no la vendemos.
Moraleja:
Así debería acabar el que roba o destruye el esfuerzo de los demás.

                                                                                   JUAN GARCÍA INES

SON ROSAS TUS PRIMAVERAS

SON ROSAs TUS PRIMAVERAS
PARA MILAGROS LARENA IBAÑEZ

Son rosas tus primaveras
que adornan tu caminar
por entre labios de besos
quieren tu senda adornar.

Tantos años tantas rosas
y vivencias de mil colores
rojas, amarillas, verdes…..
son primaveras de flores.

Aquel rosal de tallo tierno
con rosas de la ingenuidad
tú infancia iba aflorando
por la vida sin maldad.

Iban floreciendo mas rosas
con fragancia de ilusiones
tus labios brotan rocío
perfumando floraciones.

Tú a la madurez has pasado
con tus rosas en plenitud
sigue amaneciendo albores
y ofrece al mundo gratitud.

El viento no té doblega
aunque pétalos te ha volado
tu corola desnuda llora
triste tu alma ha quedado.

Caminando, caminando
y las rosas a un las cuentas
en tu mochila cargadas
vas sendereando esas cuestas.

Aquí tus años son rosas
metáforas mi pluma inventa
té felicitamos en este día
CUANDO CUMPLES LOS OCHENTA.


                                 JUAN GARCÍA INES