NO CONOCIA PASTOR
No
conocía pastor
ni
había perro que te ladre
apartado
de la madre
sin
lamidos ni calor.
Aunque
buscando, no encuentres
aquella
teta amamantarte
ni
tu madre acariciarte
sus
baladas no las sientes.
Una
mano en tu mejilla
y
los dedos vas buscando
encuentras
y vas chupando
creyendo
que es la tetilla.
El
paisaje lo haces bello
como
un perro tras su amo
no hay
nada que te una a la mano
y
con un cascabel en el cuello.
Entre
paredes y matorrales
el huerto es profanado
y
tu estómago enyerbado
de
plantas de los bancales.
Agudizas
los sentidos
sientes
del rebaño baladas
pero
están muy alejadas
cuando
llega a tus oídos.
Ibas
creciendo y creciendo
y
siempre jugueteando
en
el cuerpo restregando
y
la ropa ibas lamiendo.
En
el corral encerrado
y
en tu balar no hay gemido
eres
fuerte y bien comido
y
tus juegos por el prado.
Tu
muerte un día llegó
lagrimas
rodó aquel niño
no
comeré de ese aliño
y el hambre se lo negó.
Cuando murió aquel cordero
mis ojos son humedales
y mi cara un lastimero.
JUAN GARCÍA INES
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