Era año cincuenta y ocho
de nuestro siglo pasado
allí al lado del río Duero
un proyecto fue encargado
pico y pala los pinceles
hasta pincel fue el arado
el poeta trabajo jornales
y el piñón sí fue sembrado.
Tampoco le quiero obviar
a ese otro pinar añoso
con algunos siglos de vida
en un territorio escabroso
viviendo entre barrancos
y algún sendero sinuoso
allí el aire se vuelve puro
entre hojas color verdoso.
Hoy el pinar es todo uno
y los nuevos han crecido
y sin distingo entre ellos
las aves hacen su nido
en la fronda de sus ramas
de la vista han escondido
y sin incesante amenaza
su cantar llega al oído.
El Duero se para un instante
su vaho se eleva al cielo
el alba lo convierte en rocío
ducha al pino y baja al suelo
el aire bebe de esa bondad
son como parejas en celo
luego carda las hojas al pino
que le oxigena en su vuelo.
Entre los pinos matorrales
y lo que viví lo enmadejo
era y es manantial de vida
citar su fauna es complejo
desde un lugar del colorado
enclavado en el pinar viejo
se ve un paraje de postal
con un verdor que festejo.
06/01/2025
JUAN GARCÍA
INES
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