La matanza del cerdo
Banco, gancho y valor
gente, matarife y cuchillo
el cerdo gruñe, que gruñe
y huye de allí el chiquillo.
de nada al pobre ha servido
su sangre está derramando
y en un recipiente ha caído.
Encharca rodajas de pan
y algún que otro ingrediente
removiendo con las manos
aun con la sangre caliente.
Y las tripas se aprovechan
funda de chorizo y morcilla.
Carne magra sobre ascuas
y montada sobre parrilla.
Se reúnen las familias
son costumbres del lugar
conversaciones amenas
y los estómagos a llenar.
En el pueblo y en plena calle
allí se estiraba el muerto
con paja larga sobre su lomo
así su tamaño es cubierto.
Y esos tallos de centeno
cuando secos bien ardían
los pelos se chamuscaban
a raspar piel se procedía.
En el portal era colgado
para orearse y boca abajo
veinticuatro horas después
cuartearlo era el trabajo.
Los jamones a la salmuera
su mucha carne al picadillo.
En la cocina un buen fuego
y en la sartén el torrenillo.
Pintado lo dejo en papel
y aunque parezca cruento.
De su vejiga hacia zambomba
son vivencias y así lo cuento.
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