lunes, 4 de julio de 2016

LA ASTUCIA Y EL INSTINTO

LA ASTUCIA Y EL INSTINTO
Era una mañana de raso limpio donde se asomaba la claridad del alba y los destellos del lucero se iban difuminando. Por entre esas luces se deslizaba la estampa de un mozuelo que, abrumado por la escasez de alimento tuvo que desarrollar todo su ingenio para, sin armas de fuego poder llevar algo de sustento a su insatisfecha boca.
Era un invierno duro donde, el hielo, en ese viejo arroyuelo, era de tal grosor que hacía de puente y cruzarlo era una aventura para la estabilidad. En ese caminar los pulmones se agitaban, expulsando ese aliento humeante que salía por entre las comisuras de los labios, haciendo una pequeña bruma delante del rostro que empañaba la visión, pero ese respirar vaporoso, el aire lo envolvía en su invisible caparazón alejándolo hacia los confines del espacio.
Caminando por campos labrados y por eriales enjalbegados por la blancura de la escarcha y con un tapa-bocas donde solo los ojos se asomaban al balcón de la luz, para visionar un amplio abanico de terreno.
En la mano un garrote con una porra en su final, era el arma que usaba para la caza de sus presas.
La mirada se deslizaba sobre la superficie terrestre para descubrir un aliento entre los tomillos o maleza y visionar ese vaho humeante ¿Y si así fuera? Es que allí había vida!! Su respiración lo delataba… las pisadas caminaban muy sigilosamente --Como las de un felino-- acercándose a poca distancia y con la vista como que no miraba…. Era un truco para que el animal se confiara pero, con el rabillo del ojo veía que allí estaba agazapada debajo de la pomposidad de un tomillo ¡¡Era una orejuda liebre!! Y con el garrote en posición… para poder asestar un golpe certero.
Su respirar sinónimo de vida, también la había delatado, llevándola hacia la muerte, aunque no siempre era así también tenía la oportunidad de sentir algún sonido no usual en su entorno.

ERA UNA LUCHA LIMPIA ENTRE LA INTELIGENCIA Y LA ASTUCIA DEL RACIONAL Y EL INSTINTO NATURAL DE HUIR DEL IRRACIONAL.

AUTOR: JUAN GARCIA INES

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