jueves, 24 de mayo de 2018

LA INFANCIA EN AQUELLOS AÑOS


LA infancia en aquellos años            
Transcurría la infancia por caminos de la inocencia, los niños/as de aquella época quizás éramos más soñadores, al no haber tanta tecnología por eso quizá más ingeniosos.
Era allá por los años 1950 ya siglo pasado, los juguetes… sobre todo para los más pobres, llevaban su patente,  y allí donde había un espacio con tejas… ese era el taller donde se construían las ilusiones y con las herramientas que estaban al alcance y con mucha pericia se creaban o se diseñaban, a iniciativa de uno mismo.
Voy a  caminar en el tiempo por la vida de aquellos niños/as en el campo abierto que se respiraba libertad, con independencia y diversidad y en  sus correrías  había acciones de humanidad y maldad.
La libertad… los pasos no tenían fronteras puede que el cansancio fuera el mojón para sus juegos.
La humanidad … cuando algún compañero se hacía daño se le ayudaba en lo posible.
Y la maldad…. si también hay maldad, en los niños/as aunque no lo queramos reconocer, puede que a eso ayuda mucho el comportamiento de los progenitores. El abuso sobre el débil es algo que deberíamos corregir y si no, volveremos al origen primitivo como los animales irracionales.
Aquellos niños/as los juegos eran escuela para la creatividad, desde hacer cabañas, hornos donde se asaban las bellotas etc … contábamos cuentos, nos fumábamos nuestros buenos puros, envueltos con papel de periódico y rellenos con hojas de tomate o de pimiento o de un tomillo con los  que se hacían escobas las cuales tenían unas bolitas anisadas. Era… nuestra independencia, nuestra libertad  que para los niños/as era la calle o el campo una universidad.
Si, si a veces la inducción del gobernante hacia los niños/as de aquella época era inmoral, el pago por destruir lo más hermoso de la naturaleza los nidos y matar depredadores, dios mío…! Sí, eso se hacía y se presentaba ante la autoridad que te remuneraban con alguna peseta.
Se escalaban los arboles en busca de los huevos de urraca, de cuervo etc, (una anécdota que viene al caso), era un niño entre tantos, que gateando se subió a un olmo donde había un nido de urraca…  claro para coger los huevos, sorpresa! Aquel niño no bajo del árbol agarrándose a las ramas  nooooo..! Bajo de golpe,  al meter la mano en el nido se encontró con una serpiente y del susto se cayó lastimándose, más secuelas ya no os cuento pero haberlas las hubo y con el tiempo le costó la vida.

El culpable es el inductor y no el inducido, niños/as de aquella época, hoy adultos con visión retrospectiva y sintiendo una profunda reflexión me juzgo y juzgo a todos aquellos niños…. Mi sentencia hacia los niños es: NO CULPABLES, pero aquellos recuerdos… hoy mis ojos se humedecen y mi boca dice basta, nunca más.
 

A los gobernantes inductores hoy los siento en el banquillo y que os juzgue la naturaleza! Y para el humano sea espejo su castigo.
                                                                                        JUAN GARCÍA INES

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