MEZCLANDO SURCOS
Caminaba allá por los años mil novecientos cincuenta,
entre albarca y terrones, talego y arado, a veces las letras también entraban por
las rendijas que dejaba el tiempo. Que difícil decidir, entre escoger
supervivencia o cultura.
Labré surcos con entusiasmo, el timón era siempre guía al
horizonte para que el surco saliera recto, hoy la pluma también es guía y miro
los horizontes con ilusión, voy a seguir caminando entre la niebla de aquella
época, a veces, la escasez perturbaba las relaciones en la familia (Dicen que
el dinero no hace la felicidad) pero sí que ayuda… Y seguí caminando… que
remedio. La azada también se ocupaba de doblarme la espalda y el mango de
encorvar los dedos, aún recuerdo la marca de la azada con su letra (E) marca la
bellota que era tan ancha que me tapaba la espalda, dios mío… si solo era un
niño.
La labranza: era lo más importante, pues se dependía de
ella, yo con mi pareja de asnos, que arrastraban aquel arado romano… y la
tralla…si, la tralla que rasgueaba el aire y con su chasquido les azuzaba para
que sus pasos fueran más deprisa. Luego la siembra… las alforjas al hombro
llenas de granos, la mano los extendía
en forma de abanico y a cada paso un puñado, verlos germinar brotando con
fuerza, era una de mis grandes ilusiones, después con la llegada de la
primavera ver su rápido crecimiento y su bamboleo por las caricias del viento,
son vivencias que perviven encendidas al paso de los años.
La escuela: Los viejos del lugar decían estudia, que
algún día te será de gran utilidad, consejos que hoy con el paso del tiempo
reconozco que llevaban razón, he empuñado la esteba de la pluma que es mi guía,
es mi timón, es un desahogo, es mi razón de ser en esta mi edad avanzada, para impregnar
el pliego de experiencias y sea dación al folio y haya ojos que los miren para
críticas o halagos. Yo un apasionado de poetizar los recuerdos de aquellos
tiempos y que me hacen volver a mi niñez, adolescencia, mocedad y madurez, plasmando
sobre papel realidades acontecidas.
He querido expresar en mi narrativa hechos acontecidos, mezclando
surcos donde sembré y siembro granos, ayer en la tierra hoy en el pliego.
JUAN GARCÍA INES
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