Al Urbión
Escalan mis pies
ladera empinada
por fin la llegada
arriba a la cumbre
y extender la mirada.
En tu cima una roca
se sienta mi cuerpo
descansa mi aliento
subida acabada
sin medir el tiempo.
Tú ladera chorrea
agua
de nieve
se embarra si llueve
susurrando se aleja
y con libertad se mueve.
El
viento te lame
a veces muy fuerte
para el cuerpo es hiriente
en días de invierno
si la ventisca es presente.
La luna te besa
tu cresta empedrada
de ti enamorada
y a la fauna la alumbra
con su cara dorada.
Y desde tu altura
el sol más cercano
alcanzar con la mano
tarea imposible
para el ser humano.
En tu pico más alto
las nubes te rozan
a veces se posan
y volando se van
si los vientos acosan.
Esta es mi montaña
y yo en su cima
mi ánimo se anima
a buscar otro clima.
JUAN GARCÍA INES
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