El labradorcillo
Caminaba su corta edad
por los surcos del arado
entre tábano y mosquito
con la pareja de asnos.
De una vertedera tiraban
con timón enclavijado
que traspasaba al barzón
y el barzón al yugo atado
y montada sobre un carrito
ese elemento pesado.
El niño labradorcillo
de palabras buen rosario
y con ecos malsonantes
salía el aire tronando,
también el látigo hostigaba
sobre el lomo culebreando
que azuzaba a los pollinos
que apretando iban el paso
con esfuerzo ellos tiraban
y la vertedera tierra volteando.
Los pasos del labradorcillo
sus albarcas iban pisando
por esa hendidura abierta
que asomando iban gusanos
las aves los embuchaban
y se marchaban cantando
y en su canto le decían
desde arboles lejanos,
abre surcos labradorcillo
que mañana ahí estamos.
Caminaba su corta edad
por la vaguada y el llano
a él le llegaban sonidos
y al oído eran de agrado
era la jubilosa dulzaina
que el pastor la iba sonando.
Él, delineaba surcos
con los asnos trajeados
con sus arreos de cuero
con bridones encabezados
la collera sobre el cuello
y un arre, arre decía aquel niño
que a la esteba iba apretando.
JUAN GARCIA INES
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