jueves, 31 de enero de 2019

ELEGÍA


Elegía

Mirando estaba yo
en oscuro imaginando
la claridad me trasmitía
restos desdibujados.

Era un jardín de dos metros
por uno y algo de ancho
está repleto de leyenda
y de chismorreos vanos
allí se duerme sin soñar
y la muerte busca amparo.

Arriba en la superficie
brotan semillas del campo.

Plantaron para el recuerdo
un arbolito de mármol
sus hojas eran las fechas
y pétalos eran sus años
las flores eran sus nombres
aquellos que bautizaron.

Allí los pasos van y vienen
por ese barbecho amado
donde el alma lagrimea
y para el corazón reclamo.

Las letras cayendo iban
el rigor las ha arrancado
aunque árbol sin otoños
desnudo se va quedando,
si sois índice de la vida
en esté silencioso poblado
sois agenda de la historia
hoy ceniza, polvo o barro.

Entre la callada resuena
el aire lamiendo halagos
silbando va a las paredes
porque entrar no le han dejado.

Pero ha llegado la luna
con velas en candelabros
y a ese suelo ilumina
con brillo intenso y dorado
aunque él día será noche
para esos ojos cerrados.

                 JUAN GARCÍA INES

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