A JULIO ANGUITA
Mil novecientos
cuarenta y uno
en plena guerra mundial
asomarse quiso a la vida
en la España
dictatorial.
De militar su
ascendencia
el declino ese destino
reusó a la vida
castrense
escogiendo otro camino.
Hombre de verbo fácil
y con barba de sultán
afable prenda su mirada
con garras de gavilán.
Un invento despreciable
le dio mal gusto al
paladar
aquella famosa pinza
te quisieron endosar.
Fue hombre de principios
y un oasis en el
desierto
un boscaje de emociones
y cometa contra viento.
Bebí agua de tu caudal
nunca estuve en tu
fuente
pero el vaho de tus
ideas
bañando iba la mente.
No, no eras ningún mar
a la gente embravecías
con expresión inteligente
cuando a ellas te
dirigías.
A una pensión renunciaste
esa era tu estatura
moral
eras hombre con
umbrales
con gran riqueza
cultural.
Reivindicativo y respetado
para ti no había
enemigo
tan solo eran
adversarios
en estas letras lo
predigo.
Mi poema a tu silencio
tu físico se lo han
llevado
pero no así tus ideas.
21-05-2020 JUAN GARCÍA INES
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