Ruidosa iba una abeja
entre las flores volando.
Y en una flor la mariposa
el dulzor iba chupando.
La abeja a la mariposa
con el néctar yo hago miel.
Tú solo te preocupas
de fantasear con tu piel.
La abeja muy enfadada
increpó a la mariposa.
Siempre vas engalanada
y creyéndote una diosa.
La mariposa se puso triste
y en silencio se posaba
en los pétalos de una flor.
La abeja se puso enfadaba.
Comentaba la mariposa
¡No te alegran mis colores-!
Nooo. Pero yo con mi trabajo
hago exquisitos sabores.
Con un sonido estridente
y el aguijón preparado.
La mariposa no tenía fuerza
y la lucha dejó a un lado.
La mariposa la sentía
su zumbido ya la hartaba.
No quiero sentir tu sonido
y en silencio se alejaba.
Tu comes y no produces
la decía la enervada abeja.
Yo siempre estoy trabajando
y no expreso ninguna queja.
¿Y porque esta discusión?
Dice la mariposa molesta.
Yo no interrumpo tu trabajo
porque ahora me voy de fiesta.
En mi mente hay un espacio
de dislate, fábula y fantasía.
Hago que hablen los insectos.
(Y la mariposa la burguesía)
02-12-2020
JUAN GARCÍA
INES
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