PICAR EL DALLE O GUADAÑA
LA SIEGA DE LA ALFALFA
Sentar el culo en el
suelo
en el campo o en la
calle.
Con yunque y martillo
el duelo
el borde cortante, el
señuelo
y picar sobre el filo, al
dalle.
Entre labios de cielo y
montaña
surge claridad de
amaneceres.
Es primera hora de la
mañana
se apuña el mango de la
guadaña
son episodios de los
ayeres.
Sobre el hombro la
guadaña
entre trapos se lleva
envuelta.
En su caminar le
acompaña
y ante la alfalfa se
desapaña
y todo el envoltorio se
suelta.
Por el crepúsculo la
aguada
los peales calaos de
frescura.
La albarca siempre
arrastrada
dejando senda por la
segada
son hechos de esa
andadura.
Cuando el sol se
despereza
con su color claro de
fuego.
Con sombrero en la
cabeza
seguir segando una
proeza
y el aliento sin sosiego.
La cintura se contornea
de un lado, hacia otro
lado.
El RASTRO del dalle
alinea
de la fila el segador se
pavonea
bonita estampa de lo
segado.
Al girar el cuerpo gira
el dalle
en semi circulo se hace
el corte.
Que su punta en tierra no
encalle
para que su segada no
falle
y cuerpo y dalle armonía
aporte.
Para nada es una
inventiva
pinto imágenes en este
poema.
El pensamiento se me
activa
narrar lo vivido es mi
lema.
20/01/2021
JUAN GARCÍA INES
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