martes, 28 de junio de 2016

A DON QUIJOTE DE LA MANCHA


A DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Erase que de verdad  no era
y si un fantasear de aventura,
siendo el Quijote su operante
con el enflaquecido rocinante
y enfundado en su armadura.

En su mundo de entelequia,
a molinos se ha enfrentado,
con su escudo y una lanza
con furia hacia ellos avanza
y va en su Jamelgo montado.

Son gratuitas sus correrías
y a combatir está dispuesto,
con su ímpetu apasionado,
de la realidad se ha burlado,
luchando contra elementos.

El noble hidalgo está muy ido
ve fantasmas por todos lados,
en su delirar avista ejércitos,
se enfrenta con aspavientos,
confunde ovejas con soldados.

Se considera de la nobleza,
y contrata a un escudero,
gordinflón y un poco sucio,
acompañado de su asno rucio,
con un espíritu aventurero.

Establecerse quería en palacio
cuando abandono la labranza,
en vivir mejor puso empeño,
siempre al lado de su dueño,
ese hombre es Sancho Panza.

Su corazón suspira un amante,
escoge a una vulgar campesina,
la bautiza Dulcinea del Toboso
ese nombre le parecía hermoso
quizás del sancho era vecina.

Audaz, intrépido y templado
con esa triste y enjuta figura,
con imaginaciones trasnochadas
y con sus pasiones  exaltadas,
sus irrealidades no tienen cura.


              JUAN GARCIA INES

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