martes, 28 de junio de 2016

ENTRE TAMO Y CALOR

ENTRE TAMO Y CALOR
Yo vengo de la alborada
y llego a lo alto del día,
en medio de la trillada
a mí el tamo me envolvía.

Es polvo de la cebada,
en los poros se metía,
a la piel bien la picaba,
ingrata situación habida.

A la corta edad turbaba
el calor del mediodía,
cuando la orca volteaba
esa gran parva de espigas.

El polvo se levantaba
y a plomo en la era caía
y el astro sol calentaba,
calmado el aire dormía.

 Polvo, tamo y calor,
la nube no se atrevía,
porque el sol evaporaba
o el viento la expulsaría.

Y el calor se recreaba,
allí sombra no existía,
solo un sombrero de paja,
que es pequeña sombrilla.

Pero yo sí que esperaba
que el descanso llegaría
cuando la sombra marcaba
la una del medio día.

Al tamo se le bañaba,
válgame dios que alegría,
estoy limpio de polvo y paja
y mañana será otro día.

                          JUAN GARCÍA INES

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