A MI NIETA ANA
Una noche de noviembre,
la luna plena luciendo,
las nubes al horizonte
y el viento estaba durmiendo.
El silencio se rompió
al florecer
tu nacimiento
ese grito a mí llegó
y también al firmamento.
Lo oyeron también las nubes
volaban con gran pasión,
para envolver a mi nieta
en sus nimbos de algodón.
Ya con su antorcha iba el sol
él quiere despertarla primero,
enfadada está la luna
y dormido está el lucero.
Si al despertar no los ves
te mandan besos desde el cielo,
ahora te abrazan y miran
brazos y ojos de tu abuelo.
JUAN GARCIA
INES
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