DE LA SIEGA AL BIELDO
Segadores
a los campos,
con
las hoces van camino,
sonando
van las zoquetas,
gorjeo
hay en el nido.
Los
tallos yacen en tierra,
con
vencejos bien asidos,
hacinados
y en escales,
haciendo
huecos sombríos.
Allí
la siesta se duerme,
frescura
rezuma el botijo,
aquellos
haces se cargan,
a
lomos de los pollinos,
atados a las amugas,
con
esparto bien tejido.
Caminando,
caminando,
por
polvorientos caminos
y
agarrándose a la carga
la
infancia de aquel chiquillo.
Mientras
la chicharra invisible
su
canto suena al oído
y
la hormiga al troje arrastra
aquellos
granos de trigo.
Al
vencejo el nudo han soltado
y
él se queda vacío
aquellas
mieses doradas
la
horca había extendido
y
en la era esparramadas
esperando
estaba el trillo.
Sus
dientes eran cortantes
hechos
con cantos de río
cortadas
quedaban las mieses
al
paso de aquel rodillo.
Y
montado sobre él
y
arrastrado por pollinos
dando
vueltas y más vueltas
entre
sudor, tamo y polvillo.
El
viento despliega sus alas,
nos
envuelve a remolinos,
el
bieldo volteaba la parva,
separando
la paja del trigo.
JUAN GARCIA INES
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