EL ASCENSOR
Sube y baja y no se queja
aunque le pisen la alfombra,
como es habitual no se asombra
y a mí en el rellano me deja.
Coincidí en el ascensor
con mi amigo Serafín,
sus chistes no tienen fin
algunos de gran grosor
y mirando el retrovisor,
no haya niño en el confín.
En el ascensor que yo estaba,
una joven se subía
en fragancia se embebía
y girando hacia el espejo
viéndose su fiel reflejo
el entrecejo arrugaba
los cabellos se mesaba
y yo su aroma percibía.
Y suena en el ascensor,
un teléfono de bolsillo,
aunque parezca sencillo
no hay frase del emisor
lo apagó con mal humor
aunque sus euros abona
no hay cobertura en la zona
se exacerbo con furor.
En el ascensor hay de todo
¿A qué piso por favor?
Yo pregunté a este señor,
el botón yo ya he picado…!
Quedando todo aclarado,
fue un gesto sin mal humor.
En el ascensor meteorología,
se habla lo que hará el tiempo
esto es un pasatiempo
cuando no hay nada que decir
y tratando de fingir
en este inesperado encuentro,
esto parece un cuento
tenerlo que predecir.
En el ascensor hay miradas
¿Dónde colocar la retina?
Este tiempo se destina
y en este tampoco espacio
si a conversar se es reacio
en el suelo se amotina.
El ascensor se paró,
le había llamado el Facundo,
ese si que es dicharachero,
quería encender el mechero
para prender un pitillo
y yo le dije al muy pillo
vete a fumar a otro lado
y cogiendo un pequeño enfado
se fue a contaminar el mundo.
En el ascensor escuchaba,
a un abuelo que decía……?
Y hablaba de economía,
porque de eso sabe un rato
y sacándome un extracto,
de la pensión que tenia
y que en la prensa leía
la retribución de algún caco,
Para mí es un atraco….!
Y yo en su palabra creía.
En el ascensor ansiedad
si nos quedamos colgados
son momentos delicados
cuando uno le toca esto
se tranquiliza el aliento
cuando somos rescatados.
Con ironía y parquedad
yo he tratado de escribir
y en este folio imbuir
un instante en esta caja,
uno sube y otro baja,
vivencias a describir.
JUAN GARCIA INES
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