LA SANTA Y EL DESAMPARO
A TERESA DE AVILA
1515-1582
Bucea
mi mente y emerge mi pluma,
y vaga
por tu vida en la inquisición
tu mudanza
a esa creencia pudo ser..!
y así,
extender tu inquieta rebelión.
Fuiste
hija agitadora de la iglesia
sucesora
de un cristiano fingido
y tuvo que
sortear las embestidas
de
aquel régimen arcaico y temido.
Los orígenes
a mi pliego no atañen
o si su
procedencia fuera conversa.
Tu
historia son proezas con delirios
y tu
legado cuantioso así lo expresa.
Los
custodios de la pureza seguían
a tu
lenguaje y por diferente observado.
Ella
consciente ocultaba su origen,
ser
monja los recelos iba sorteando.
Rebelde
si, en aquel oscuro mundo,
por el
papel a la mujer reservado,
muy
callada pero dando a entender
en su
rasguear al folio, así escriturado.
Tu
enfoque confuso al límite viajaba
sendereabas por bordes del abismo,
con tu
mochila de ilusiones en soledad
y con
ese corazón de osadía y altruismo.
Pusiste
atrevimiento a tus visiones,
de tus fantasías, anhelos brotaron,
impusiste
a tu cofradía austeridad.
Los
falsos puros de la fe te infamaron.
Tu
fervor ilusorio, sensible y soñador,
tu
mística idealizada, escrita y vivida,
unida a
una aptitud excesiva hacia Dios
y traer
al vacío esa imaginación venida.
Fémina,
atormentada y andariega,
instaurar
conventos de carmelitas
visibles
en el paisaje de nuestros días.
JUAN
GARCIA INES
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