martes, 21 de junio de 2016

LA SANTA Y EL DESAMPARO

LA SANTA Y EL DESAMPARO
          A TERESA DE AVILA
           1515-1582
Bucea mi mente y emerge mi pluma,
y vaga por tu vida en la inquisición
tu mudanza a esa creencia pudo ser..!
y así, extender tu inquieta rebelión.

Fuiste hija agitadora de la iglesia
sucesora de un cristiano fingido
y tuvo que sortear las embestidas
de aquel régimen arcaico y temido.

Los orígenes a mi pliego no atañen
o si su procedencia fuera conversa.
Tu historia son proezas con delirios
y tu legado cuantioso así lo expresa.

Los custodios de la pureza seguían
a tu lenguaje y por diferente observado.
Ella consciente ocultaba su origen,
ser monja los recelos iba sorteando.

Rebelde si, en aquel oscuro mundo,
por el papel a la mujer reservado,
muy callada pero dando a entender
en su rasguear al folio, así escriturado.

Tu enfoque confuso al límite viajaba
 sendereabas por bordes del abismo,
con tu mochila de ilusiones en soledad 
y con ese corazón de osadía y altruismo.

Pusiste atrevimiento a tus visiones,
 de tus fantasías, anhelos brotaron,
impusiste a tu cofradía austeridad.
Los falsos puros de la fe te infamaron.

Tu fervor ilusorio, sensible y soñador,
tu mística idealizada, escrita y vivida,
unida a una aptitud excesiva hacia Dios
y traer al vacío esa imaginación venida.

Fémina, atormentada y andariega,
entre sombras y luces conseguirías
instaurar conventos de carmelitas
visibles en el paisaje de nuestros días.


                                      JUAN GARCIA INES

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