LATIDOS DE UNA FICCIÓN
Volando
va una semilla
y
en la tierra se enraizó,
un
cardo barbudo creció
entre
un rojo de campanilla.
Se movía
al ritmo del viento
la
frágil y colorida amapola,
al
cardo le cautivo su corola
y del
tallo su movimiento.
El
cardo bien se doblaba,
la
amapola rehuía el beso
él
obstinado y obseso,
la
amapola se incomodaba.
El
la rozo sus pistilos
cuando
no se lo esperaba
ella
se puso colorada
el
se puso y enverdecido.
Eres
una primicia amapola
y
privilegio tenerte a mi lado
te
besare con sumo cuidado
cuando
el aire haga una ola.
Te
embriagare con mi aroma,
¿Con
tu aroma cardo pinchón?
Desconozco
que eches flor
si
en tus hojas nadie se posa.
Una
vez florezco al año
y
en mis flores mariposas
se
pasean por mis hojas
es
verdad y no te engaño.
Y trepando van por mi tallo,
una
columna de hormigas
por
mis espinas caminan
y a
sus cuerpos no hago daño.
La
amapola enternecida
con
tamaña explicación,
el
cardo aprovecho la ocasión
con
un beso de despedida.
Acabaron
enfajado
y
bien unidos los dos,
no
hay distinción de color,
cuando
se está enamorado.
JUAN GARCIA INES
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