A MI MAESTRO
Ya se te cansó la
vida
yo en mi silencio
te guardo
no tengo recuerdo
amargo
ni sitio para el
olvido.
Eras manantial de
enseñanza
tu caudal
inundaba las mentes
yo estoy entre
aquellas gentes
y mi infancia
corrió por tu cauce.
¡¡HO!! Pluma de
pico pato
por el folio
abriendo camino
y que llegara al
destino
tu palabra
profesor.
De aquel tiempo hoy
soy niño
y no hay en mi
resentimiento
y sí, algún
descontento
de la varita de la
virtud.
Sigo soñando las
sendas
sueño el cantar de
los grillos
en mi pueblo que es
Olmillos
sueño que me ibas
guiando.
No puedo sin
escribirte, morir
mi estimado Don
Sabino
sé que es tarde, me
he dormido
tú me leerás desde
allí.
Juan García Ines.
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