EL ADOBE
Con esa
tierra de arcilla
y con
la paja mezclando
y
bañada con el agua
y con
los pies amasando.
Lo
removía la azada
agarrada
con las manos,
cuando
el sol se derretía
y los
pies llenos de barro
el
sudor iba corriendo
por ese
cuerpo doblado.
Y al
levantar ese cuezo
que de
esfuerzo iba cargado
para
saciar a esas tablas
que
tienen hambre de barro,
que
apretado con el puño
y que
nacieras compacto.
La
adobera te ha parido
en la
tierra y empajado,
que al
quedarte frente al sol
y
sentado en suelo llano,
ibas
cogiendo dureza
en ese
horno del campo.
Contigo
paredes se hacían
que
aguantabas los tejados,
del
frío nos protegías
y del
calor del verano.
Esos rigores del tiempo
te han
ido lastimando,
te has
unido al cemento
sin
estar enamorado.
.
Ya no
nacen adobes,
ya no
se adoba barro,
la
adobera se ha perdido
o al
retiro te han echado.
Adobe
te vas muriendo
y a la
tierra das tu barro,
tú ya
no eres presente,
¡¡ADOBE!!
Eres pasado.
JUAN GARCÍA INES
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