EL AGUA
Sábana blanca en las cumbres,
te despiertas cuando el sol té fulgura,
deslizas tu chorreo por la mejilla de la
montaña
con tu rítmica y sonora armonía,
Elevas tu vaho templado y errante a las
alturas
como una sombra invisible te vas alejando
y te meces en el columpio del viento,
duermes en la intemperie de la noche,
lagrimeas cuando te envuelve la fresca brisa,
tu cribado goteo, a la tierra humedeces
a veces entre zis, zas, lengua de fuego y
azufre.
Rayos del sol traspasan tus gotas,
un arco de colores engalanan al cielo,
son orlas desprendidas de la negrura
y su cimbra sustentada sin cimientos.
Brotas del corazón de la tierra
entre
arenilla, tus ojos bien borbotean,
te deslizas mansamente entre los juncos
hacia el rio te guía ese diminuto arroyuelo.
Ruedas sigilosa por tu cuenca a la cascada
y en el salto enfadada desciendes rugiendo,
tu caudal resbala por la roca suspiros
en tu remanso se bañan deseos,
El cemento te empantana y embravece,
exhausta y con menos caudal sigues tu curso,
te desvían hacia campos que reverdeces,
te secuestran caudal y resecan tus labios
carrizos sedientos marcan tu cauce,
a tu aren de ríos, la mar adosa tu dulzura
te harás conversa al sabor salado.
La fiebre de las nubes tus lagrimas embravecen,
huyendo vas de la montaña a los valles
y huyendo
vas inundando los pueblos
en tu desbocado galopar sin bridas
dejas rastro de amargos recuerdos.
Eres fuente imprescindible de la vida,
¿ Que enigma habría si tú no fluyeras?
¿ Quien te mando irrigar este mundo?
SIN TI ….!! ¿Qué bebería la tierra?
JUAN GARCÍA INES
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